1. Luz adecuada
Cada planta tiene necesidades lumínicas distintas. Algunas prefieren luz indirecta, mientras que otras requieren exposición directa al sol. Observa las señales que te da tu planta: hojas amarillentas pueden indicar exceso de luz, mientras que un crecimiento débil puede ser señal de falta de iluminación.
2. Riego moderado
El riego es crucial. Antes de regar, verifica la humedad del sustrato introduciendo un dedo en la tierra. Si está seca a unos 2-3 cm de profundidad, es momento de regar. Evita el encharcamiento, ya que puede provocar la pudrición de las raíces.
3. Temperatura y humedad
La mayoría de las plantas de interior prosperan en temperaturas entre 18°C y 24°C. Además, muchas especies tropicales agradecen una humedad ambiental elevada. Puedes aumentar la humedad colocando un humidificador cerca o agrupando varias plantas juntas.
4. Nutrición adecuada
Durante la primavera y el verano, es recomendable fertilizar tus plantas cada 4-6 semanas con un abono específico para plantas de interior. Esto les proporcionará los nutrientes necesarios para un crecimiento saludable.
5. Mantenimiento regular
Retira las hojas secas o dañadas y limpia el polvo de las hojas con un paño húmedo. Esto no solo mejora la apariencia de la planta, sino que también facilita la fotosíntesis.
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Con estos consejos y el apoyo de profesionales y productos adecuados, tus plantas de interior estarán siempre saludables y llenas de vida.
